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Historia

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Agüimes prehispánico

La colonización aborigen del antiguo territorio de Agüimes fue intensa. Se inició en los primeros años de nuestra era y dio origen a una diversidad de asentamientos (cuevas-habitación y cabañas) localizados a lo largo de la extensa red de barrancos que configuran la orografía de este territorio. No se puede olvidar que los núcleos prehispánicos de la zona eran muy importantes, particularmente Temisas y Agüimes, tal y como atestiguan los vestigios arqueológicos encontrados en ellos y en los Barrancos de Balos y Guayadeque. Esta riqueza en hombres y bienes atrajo a los primeros navegantes atlánticos desde mediados del siglo XIV, interesados en el comercio esclavista y en intercambiar con los jefes indígenas orchilla y sangre de drago por utensilios de hierro.

Inmediatamente después de la Conquista de Gran Canaria, nace el núcleo de la Villa en torno a la plaza de San Sebastián. Este territorio era bastante apetecible, entre otros motivos, por sus puertos y pesquerías; por sus prados, viñas y cañaverales; por sus dehesas y ejidos; por sus pastos, molinos y aguas estantes, manantes y corrientes, como se describe en la carta merced otorgada por los Reyes Católicos en 1491.


Señorío Episcopal

Tras su fundación en 1487, Agüimes fue cedido por los Reyes Católicos a la Iglesia devolviendo el favor del dinero con que contribuyó el Obispo Don Juan de Frías a la conquista de Gran Canaria.

La Cámara Episcopal mantuvo así su feudo durante cuatro siglos hasta la Ley Desamortizadora en 1837, que extinguió esta propiedad, que abarcaba todo el territorio desde Gando hasta el Barranco de Balos.


Las recientes transformaciones económicas

A finales del siglo XIX, y de modo especial a lo largo del siglo XX, la demanda de productos hortícolas de los mercados local, nacional y, fundamentalmente europeo, hace que grandes extensiones de la zona costera del sureste de la Isla se hayan dedicado desde entonces a los cultivos de exportación, inicialmente a los que se practicaban al aire libre (tomateros) y, más recientemente, a los que se obtienen bajo cierre (tomates, pepinos, zanahorias, pimientos, flores...).

Las actividades industriales cuentan con una cierta tradición en la zona. Ingenios, trapiches, molinos para el cereal, los hornos de cal para la construcción y la sal para el consumo doméstico y la industria de salazón. Más recientemente, la especialización industrial está ligada a la apertura de la autovía del Sur, a la proximidad del Aeropuerto, a las facilidades de comunicación que todo esto supone, y a las ventajas que representa para los empresarios la presencia del puerto de Arinaga.

El estancamiento económico de la comarca del sureste hasta hace apenas veinte años permitía que los medios de comunicación hablaran del “triángulo de la pobreza” en referencia a los tres municipios del sureste. En la actualidad, sin embargo, esta zona de Gran Canaria es un modelo de desarrollo. Particularmente Agüimes, el colorido de su centro histórico, la oferta de alojamiento para el turismo rural, el polígono industrial en expansión, la actividad del puerto de Arinaga y la variada oferta cultural.

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